lunes, 25 de agosto de 2008

UN LUNES CUALQUIERA

El domingo pasó y el lunes empezó con la luz proyectada por la persiana de papel. Había quedado con Yanett de llegar a su casa a las once para ir a la UANL, así que enciendo la lap y me conecto al messenger para despertar también en el otro mundo, intento dejar la cama primero destapándome, luego sentándome en la orilla izquierda y tomando la toalla verde que había doblado la noche anterior. La regadera me recibió después de un día sin visitarla con agua iluminada por los rayos de Sol que entran por la ventana a las ocho y media. Prepare mi cabello y un saco para la fotografía que iban a tomarme mas tarde en el tramite de duplicado de cédula profesional, con el que inicio la reposición de documentos que Buenos Aires me robo la ultima vez que nos encontramos. La lluvia me acompaño en el trayecto por la calles de San Nicolás junto con Interpol y dos cigarros, mientras pensaba que ojala el paso a desnivel de Fidel Velazquez no se haya inundado. Llegue como siempre impuntual a la cita que pacte, pero antes que Nesi, así que mientras me tomaba un café ponía al corriente de mi vida a los interesados en escucharme. Nos fuimos hacia la Universidad y después de estacionar el auto caminamos hacia Rectoría. Y aquí viene lo que iba a contar: me dicen mis amigas que soy buena para escribir, que porque no me decido a hacer algo, y bueno, la maestría en letras no suena mal, pero por lo pronto les anuncie que para "hacer algo" me inscribiré en un taller de iniciación a la escritura de textos poéticos y narrativos que empieza en un mes, por ahí del 20 de septiembre, para coincidir con algunos otros escritores y practicar este oficio que me atrae, así que teniendo como sede la Facultad de Filosofía y Letras me dedicare durante cinco sesiones a aislarme y crearme el mundo alterno que me urge consolidar, para pasar de lectora a creadora, de realidad a ficción, de arquitecta a escritora...y con un pequeño reto mas: redactar en alemán auxiliada de Julia a quien conoceré mañana. Llegamos a la ventanilla a dejar la papelería del tramite, pues les confieso que no he abandonado la idea de cursar un doctorado y tal vez necesite mi cédula mas adelante, solo espero que no sea en los próximos tres meses que se va a tardar Rectoría en duplicarla y yo en perderme en la literatura.
Desapareciendo el mundo y ficticiamente perdida, penélope

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