miércoles, 18 de junio de 2008

Nos apropiamos de las utopias: EL GRITO

El lunes 16 de junio a las 7 nos convocamos para presentar el numero 15 de El Grito en una sala del edificio del Centro Universitario Colegio Civil. Era la ocasión de darnos unas palmadas entre compañeros de causa. Coral Aguirre, mexicana nacionalizada, argentina de nacimiento, tomo la palabra como arma y nos hizo reflexionar sobre el compromiso de soñar con la justicia, la fraternidad, de nuestras pequeñas razones para el compromiso, ser queridos, admirados... seres conscientes de nuestros pequeños destinos, pero con objetivos grandes: las utopías libertarias. Leyó una nota periodística que había anunciado como poesía, una nota que hablaba de las violaciones sufridas por niños iraquies de parte de soldados americanos en la ocupación, una noticia real, dura, difícil, aclarando que esa es la clase de poesía que le gusta leer. Hectór Gonzalez confeso la amargura de un viejo que espero cambios que nunca se sucedieron y resalto el momento y el lugar excepcional en el que estábamos reunidos, un recinto universitario que es acervo de la ambiciosa atmósfera creada por la escuela de verano y el pensamiento humanista profundo de Raúl Rangel Frías, ambos encerrados en las paredes del edificio. En esta época en que los medios son parte del poder dominante, el periodismo por convicción se abre paso entre la tecnología que avanza y combate la violencia contra el conocimiento, desde esta modestia que representa una nota verídica que ayude al desmoronamiento del sistema se funda la intención del periódico: informar con el esfuerzo de jóvenes inquietos en este país, que empezó a cambiar desde 1994, cuando nos apropiamos de las utopías y desde donde resistimos.

Con mucha empatia para Roman, Rodolfo, Katia y Gibran, con quienes comparto camino.

martes, 17 de junio de 2008

Carta abierta de Evo Morales a la Union Europea

Carta abierta de Evo Morales a propósito de la "directiva retorno" de la UE. Evo Morales advirtió que si la U.E endurece su política migratoria estaría imposibilitado de profundizar las negociaciones del Acuerdo de Asociación y se reservaría el derecho de exigir visa a europeos.

Hasta finales de la Segunda guerra mundial, Europa fue un continente de emigrantes. Decenas de millones de Europeos partieron a las Américas para colonizar, escapar de las hambrunas, las crisis financieras, las guerras o de los totalitarismos europeos y de la persecución a minorías étnicas.

Hoy, estoy siguiendo con preocupación el proceso de la llamada “directiva retorno”. El texto, validado el pasado 5 de junio por los ministros del Interior de los 27 países de la Unión Europea, tiene que ser votado el 18 de junio en el Parlamento Europeo. Siento que endurece de manera drástica las condiciones de detención y expulsión a los migrantes indocumentados, cualquiera sea su tiempo de permanencia en los países europeos, su situación laboral, sus lazos familiares, su voluntad y sus logros de integración.

A los países de América Latina y Norteamérica llegaron los europeos, masivamente, sin visas ni condiciones impuestas por las autoridades. Fueron siempre bienvenidos, Y. lo siguen siendo, en nuestros países del continente americano, que absorbieron entonces la miseria económica europea y sus crisis políticas. Vinieron a nuestro continente a explotar riquezas y a transferirlas s Europa, con un altísimo costo para las poblaciones originales de América. Como en el caso de nuestro Cerro Rico de Potosí y sus fabulosas minas de plata que permitieron dar masa monetaria al continente europeo desde el siglo XVI hasta el XIX. Las personas, los bienes y los derechos de los migrantes europeos siempre fueron respetados.

Hoy, la Unión Europea es el principal destino de los migrantes del mundo lo cual es consecuencia de su positiva imagen de espacio de prosperidad y de libertades públicas. La inmensa mayoría de los migrantes viene a la UE para contribuir a esta prosperidad, no para aprovecharse de ella. Ocupan los empleos de obras públicas, construcción, en los servicios a la persona y hospitales, que no pueden o no quieren ocupar los europeos. Contribuyen al dinamismo demográfico del continente europeo, a mantener la relación entre activos e inactivos que vuelve posible sus generosos sistemas de seguridad social y dinamizan el mercado interno y la cohesión social. Los migrantes ofrecen una solución a los problemas demográficos y financieros de la UE.

Para nosotros, nuestros migrantes representan la ayuda al desarrollo que los Europeos no nos dan - ya que pocos países alcanzan realmente el mínimo objetivo del 0,7% de su PIB en la ayuda al desarrollo. América Latina recibió, en 2006, 68.000 millones de dólares de remesas, o sea más que el total de las inversiones extranjeras en nuestros países. A nivel mundial alcanzan 300.000 millones de dólares, que superan a los 104.000 millones otorgados por concepto de ayuda al desarrollo. Mi propio país, Bolivia, recibió mas del 10% del PIB en remesas (1.100 millones de dólares) o un tercio de nuestras exportaciones anuales de gas natural.

Es decir que los flujos de migración son benéficos tanto para los Europeos y de manera marginal para nosotros del Tercer Mundo ya que también perdemos a contingentes que suman millones de nuestra mano de obra calificada, en la que de una manera u otra nuestros Estados, aunque pobres, han invertido recursos humanos y financieros.

Lamentablemente, el proyecto de “directiva retorno” complica terriblemente esta realidad. Si concebimos que cada Estado o grupo de Estados puede definir sus políticas migratorias en toda soberanía, no podemos aceptar que los derechos fundamentales de las personas sean denegados a nuestros compatriotas y hermanos latinoamericanos. La “directiva retorno” prevé la posibilidad de un encarcelamiento de los migrantes indocumentados hasta 18 meses antes de su expulsión -o “alejamiento”, según el término de la directiva. ¡18 meses! ¡Sin juicio ni justicia! Tal como esta hoy el proyecto de texto de la directiva viola claramente los artículos 2, 3, 5, 6, 7, 8 y 9 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. En particular el artículo 13 de la Declaración reza:

“1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.

2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país”.
Y, lo peor de todo, existe la posibilidad de encarcelar a madres de familia y menores de edad, sin tomar en cuenta su situación familiar o escolar, en estos centros de internamientos donde sabemos ocurren depresiones, huelgas de hambre, suicidios. ¿Cómo podemos aceptar sin reaccionar que sean concentrados en campos compatriotas y hermanos latinoamericanos indocumentados, de los cuales la inmensa mayoría lleva años trabajando e integrándose? ¿De qué lado esta hoy el deber de ingerencia humanitaria? ¿Dónde está la “libertad de circular”, la protección contra encarcelamientos arbitrarios?

Paralelamente, la Unión Europea trata de convencer a la Comunidad Andina de Naciones (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú) de firmar un “Acuerdo de Asociación” que incluye en su tercer pilar un Tratado de Libre Comercio, de misma naturaleza y contenido que los que imponen los Estados Unidos. Estamos bajo intensa presión de la Comisión Europea para aceptar condiciones de profunda liberalización para el comercio, los servicios financieros, propiedad intelectual o nuestros servicios públicos. Además a título de la protección jurídica se nos presiona por el proceso de nacionalización del agua, el gas y telecomunicaciones realizados en el Día Mundial de los Trabajadores. Pregunto, en ese caso ¿dónde está la “seguridad jurídica” para nuestras mujeres, adolescentes, niños y trabajadores que buscan mejores horizontes en Europa?
Promover la libertad de circulación de mercancías y finanzas, mientras en frente vemos encarcelamiento sin juicio para nuestros hermanos que trataron de circular libremente. Eso es negar los fundamentos de la libertad y de los derechos democráticos.

Bajo estas condiciones, de aprobarse esta “directiva retorno”, estaríamos en la imposibilidad ética de profundizar las negociaciones con la Unión Europea, y nos reservamos del derecho de normar con los ciudadanos europeos las mismas obligaciones de visa que nos imponen a los Bolivianos desde el primero de abril de 2007, según el principio diplomático de reciprocidad. No lo hemos ejercido hasta ahora, justamente por esperar buenas señales de la UE.

El mundo, sus continentes, sus océanos y sus polos conocen importantes dificultades globales: el calentamiento global, la contaminación, la desaparición lenta pero segura de recursos energéticos y biodiversidad mientras aumenta el hambre y la pobreza en todos los países, fragilizando nuestras sociedades. Hacer de los migrantes, que sean documentados o no, los chivos expiatorios de estos problemas globales, no es ninguna solución. No corresponde a ninguna realidad. Los problemas de cohesión social que sufre Europa no son culpa de los migrantes, sino el resultado del modelo de desarrollo impuesto por el Norte, que destruye el planeta y desmiembra las sociedades de los hombres.

A nombre del pueblo de Bolivia, de todos mis hermanos del continente regiones del mundo como el Maghreb, Asia y los países de Africa, hago un llamado a la conciencia de los líderes y diputados europeos, de los pueblos, ciudadanos y activistas de Europa, para que no se apruebe e1 texto de la “directiva retorno”.

Tal cual la conocemos hoy, es una directiva de la vergüenza. Llamo también a la Unión Europea a elaborar, en los próximos meses, una política migratoria respetuosa de los derechos humanos, que permita mantener este dinamismo provechoso para ambos continentes y que repare de una vez por todas la tremenda deuda histórica, económica y ecológica que tienen los países de Europa con gran parte del Tercer Mundo, que cierre de una vez las venas todavía abiertas de América Latina. No pueden fallar hoy en sus “políticas de integración” como han fracasado con su supuesta “misión civilizatoria” del tiempo de las colonias.

Reciban todos ustedes, autoridades, europarlamentarios, compañeras y compañeros saludos fraternales desde Bolivia. Y en particular nuestra solidaridad a todos los “clandestinos”.

Evo Morales Ayma
Presidente de la República de Bolivia

lunes, 16 de junio de 2008

La casa

Tengo vida. Soy un objeto complejo, flexible, concentrador, constantemente afectado y determinado por el hombre. Transcurro días y noches sin acabarme, adaptándome. Aludo y consolido a ese grupo de hombres del Nuevo Reyno de León que me originaron y que continúan avanzando igual que yo en este mundo. Está escrito que en 1717 comencé a gestarme en terreno aledaño al río Santa Catarina, en la periferia de la ciudad capital de Monterrey. Fui edificada por idea de Don Santiago Barrera. Con adobe me fabricaron mis muros y mi personalidad vernácula era entonces auténtica, potente, convincente, esperanzadora, inconscientemente asertiva en la transmisión de un modo de habitar que se ha producido sin pausa y sin prisa en el noreste. Desde entonces aparezco en el perfil urbano como constante, como el deseo, la muerte, la vida, la envidia, la melancolía o el odio que sienten los ciudadanos dependientes de mí, para los que soy necesaria y significativa como todos los otros edificios que viven y existen aferrados y felices facilitando el habitar de cada nacido. Tengo una historia como todo lo que vive, un inicio, un fin, un entretiempo. Soy emociones, deseos, caprichos, ignorancia. He sido usada por gobernadores virreinales como Nicolás Vandale Massieu, Pedro del Barrio Espriella e Ignacio Ussel y Guimbarda, quienes me petrificaron los muros, me engrandecieron a veinticuatro piezas, veinte ventanas, diecinueve puertas, zaguán, patio con noria y cochera.

domingo, 15 de junio de 2008

La tierra giró para acercarnos

La tierra giró para acercarnos,
giró sobre sí misma y en nosotros,
hasta juntarnos por fin en este sueño,
como fue escrito en el Simposio.
Pasaron noches, nieves y solsticios;
pasó el tiempo en minutos y milenios.
Una carreta que iba para Nínive
llegó a Nebraska.
Un gallo cantó lejos del mundo,
en la previda a menos mil de nuestros padres.
La tierra giró musicalmente
llevándonos a bordo;
no cesó de girar un solo instante,
como si tanto amor, tanto milagro
sólo fuera un adagio hace mucho ya escrito
entre las partituras del Simposio.

Eugenio Montejo, Caracas 1938


EL PAN DORMIDO
por Juan Villoro

El padre de Montejo fue panadero en tiempos anteriores a los hornos eléctricos, cuando la harina se confiaba a una cavidad de ladrillos rojos, donde los leños ardían despacio. Aquel hombre que conocía la dignidad del trabajo duro se inició como aprendiz, barriendo y cargando canastos, ascendió a maestro de cuadra y pudo al fin poner su propia panadería. En el ensayo El taller blanco su hijo recupera una infancia dedicada a contemplar el paciente esfuerzo de inventar el pan: “La harina es la sustancia esencial que en mi memoria resguarda aquellos años. Su blancura lo contagiaba todo: las pestañas, las manos, el pelo, pero también las cosas, los gestos, las palabras”. Ésa fue la escuela de un poeta.

Montejo prefería trabajar en el silencio de la noche, cuando sólo algún pájaro despistado conservaba su jornada de trabajo. No es casual que dedicara poemas al ánimo tembloroso de una vela, a los asombros de una noche natal, a los trenes nocturnos, a la soledad de la “noche en la noche”, cuando los amigos se van por cigarros o cervezas y prometen volver pero no lo hacen.
Como los panaderos, Montejo horneaba con calma sus poemas para que despertaran a la luz del día. Sus versos están construidos con la sencillez de quien dispone de una materia elemental que se puede amasar de modo infinito. Una voz directa habla de las cosas del mundo: “Cruzo la calle Marx, la calle Freud;/ ando por la orilla de este siglo,/ despacio, insomne, caviloso”. En su recorrido, encuentra una mujer dormida, un burro que soporta el castigo de su amo y no se queja, un jardín intacto, un niño que abre los ojos en el pabellón de prematuros, las variadas sombras que arrojó Pessoa y un gallo loco —siempre un gallo— que al modo del poeta, canta a deshoras.

“La poesía de Eugenio está hecha de elementos simples”, me dijo un día Álvaro Mutis, “lo interesante es cómo los desordena”. Montejo no describe: inventa. Cuando habla de una mesa revela el dolor de la madera, lo que siente en clave secreta mientras el vino se derrama y los demás conversan o mientras aguarda, largamente, su oportunidad de intervenir, de volver a ser el sostén de la comida.

Montejo fue un poeta de los adioses. Se despidió del siglo XX, de su padre, de sus amigos, de Lisboa, de otros poetas convertidos en estatuas e incluso de sí mismo: “era mi despedida de este mundo/ la primera vez que me moría”. La evocación de lo que se va y regresa como perdurable ausencia era su forma de estar presente. Ahora que ha muerto, hay algo a un tiempo reconfortante y doloroso en ver los muchos pañuelos blancos que dicen adiós en sus poemas. Nadie estuvo más capacitado que él para subir a un barco, levantar la mano desde la popa y volver ese gesto inolvidable.

Gracias a que fechaba sus dedicatorias, puedo rastrear la primera y la última vez que nos vimos. Conocí a Eugenio Montejo el 18 de agosto de 1987. Era un hombre discreto, que prefería hablar en voz baja, de educación siempre presente y nunca artificial. Como el otro poeta mayor de Venezuela, Rafael Cadenas, no derrochaba palabras en la conversación; reservaba la lumbre para sus versos. En el país del vociferante Hugo Chávez, la mesura del poeta Montejo era un imprescindible valor ético.

Adicto a Portugal, donde pasó varios años, el autor de Alfabeto del mundo tenía las maneras tranquilas, la elegancia sobria y la “tristeza buena” de un personaje de Pessoa. Hablar con él era una lección curiosa. Montejo reivindicaba la relación sencilla con lo que vale la pena. Había conocido mares, islas y bibliotecas, pero sabía que nada es tan necesario y misterioso como el pan.

Nos vimos por última vez el 2 de agosto de 2005, en casa del poeta Eduardo Hurtado y de su esposa Marcela. A la cena asistió Guillermo Arriaga, quien tuvo el tino de incluir un poema de Montejo en la película 21 gramos. Esos versos que llegan como primeros auxilios (Sean Penn se los recita a Naomi Watts en un hospital) hicieron que la poesía de Montejo comenzara a ser muy leída en Estados Unidos. Durante la cena, Arriaga y Montejo encontraron territorio común en los animales. Uno era un arriesgado cazador de presas y de historias, otro coleccionaba las voces de las aves que escapan para cantar. Arriaga contó que los gansos suelen enviar a un explorador para saber si es seguro bajar a una laguna; en caso de que el explorador se equivoque, es expulsado de la parvada. “Un poeta exiliado”, comentó Montejo.

Montejo tuvo la llave de la puerta. ¿Qué dejó en su taller blanco? El título de la novela del escritor cubano José Soler Puig, El pan dormido, resume su trato con las palabras. En la noche del 5 de junio, Eugenio Montejo se robó el fuego por última vez. Al día siguiente, el pan estaba listo.

viernes, 13 de junio de 2008

La intervencion de los edificios

Dentro de la materialización de la arquitectura la acción más recurrente es la intervención y adaptación de edificios existentes. Originar un edificio dentro de una ciudad es un hecho cada vez menos frecuente. Prefiero entender la intervención como el maravilloso proceso nunca acabado ni detenido del diseño de un objeto cultural complejo. La arquitectura tiene la flexibilidad suficiente para concentrar acciones humanas que constantemente la afectan y determinan. Lo acabado en la arquitectura no existe y me parece que esta condición es una de las más interesantes del fenómeno.

¿Cuales son las claves que pudieran ser aplicables para realizar un ejercicio de intervención en la casa de los gobernadores virreinales del Nuevo Reino de León? ¿Que exploraciones han sido realizadas por los diseñadores, constructores y usuarios desde que fue edificada en 1717? Que beneficios trae la conservación de un objeto de arquitectura vernácula norestense del siglo XVIII? Que intenciones son las que nos motivan a hacer estos trabajos?

Desde la academia, el avance de la disciplina se efectúa en el momento de hacer una exploración propositiva de los componentes básicos en el edificio. Desde la intuición vernácula, el avance se realiza cuando se evoluciona una idea individual hacia un sentido común, que alude y consolida a un grupo más que a un individuo. La producción vernácula es antiacadémica e insiste en hacernos evidente su sentido colectivo, la asertividad de estos objetos culturales está en la transmisión de modos de habitar que se producen sin pausa y sin prisa, lo que la vuelve auténtica, potente, identificable, convincente, esperanzadora y sobre todo inconsciente.

La arquitectura edificada es omnipresente, una constante como el deseo, la muerte, la vida. El hombre desarrolló una dependencia por la arquitectura: le es necesaria y significativa, le hace feliz y lo aferra a la vida. Vivir contiene una diversidad de acciones derivadas que hacen que los edificios sean los objetos-herramienta que más utilizamos.

Para la arquitectura norestense el ensayo de la habitación queda evidente en éste edificio, que han tenido una evolución morfohistórica desde su origen y hasta hoy. La arquitectura hipotética que se ofrece en la propuesta de intervención de las fachadas del inmueble, que se encuentra en control de la Confederación Nacional Campesina desde 1932, apuesta por consolidar su personalidad mediante una reinterpretación libre del orden toscano en sus alzados, pues la lectura arquicultural del estado actual del edificio nos señala la ubicación de pilastras neoclásicas en las fachadas norte, poniente y sur a finales del siglo XIX, durante el auge de la casa usada como Colegio de Niñas y que hoy se encuentran reducidas a abstracciones después de un intento no concretado de personalidad art deco que se materializó cuando Francisco A. Cárdenas cedió el inmueble a la liga agraria.

jueves, 5 de junio de 2008

250981

Príncipe de banca de parque, de caos, de carretera, de confidencias, de encuentro. Cuantos soles y lunas nos han acompañado? Este camino me ha mostrado tantas cosas mías que siempre quiero estar contigo y me enseñes a soltar la baranda, con tanta decisión que nunca vuelva a asirme, que se acaben las dictaduras, las certezas, el miedo paralizador, que vengan la incertidumbre, el estado elevado, la abertura del baúl, el abrigo, la duda, perder el sitio en la mesa, bajarme del auto, volar, amar, amarte como lo hago en absoluta libertad, porque le hiciste caso a Platón? voltea, siempre estaré asomándome por la ventana para ver si pasas por aquí.

martes, 3 de junio de 2008

Chihuahua desde Monterrey

Te conocí, otra ciudad, otro sentimiento. Nuestra historia inicio el 17 de mayo y tu azul me envolvió desde que baje del avión y camine por la pista de aterrizaje. Fui a impulsar un aeropuerto y acompañar un camino. Así como en ocasiones este edificio es un punto de partida, para mi fue el punto de llegada a ti. Nada como el confort que me provoca que me recojan al llegar a territorio desconocido, haciéndome sentir bienvenida: un punto a tu favor pues gestaste un personaje imprescindible con quien hoy estoy escribiendo algunas historias. El encuentro fue necesario, justo, me freno, deje la prisa y empezó la calma que hoy empieza a diluirse, a veces me cuesta detenerme la locura y fluir. Me recibiste con fuerza, con complicidad, te intente dejar una vez, pero no era el tiempo, te resististe con dignidad y orgullo. Te vi llovida, fría, caliente, de noche, de día, en sábado, domingo, lunes, martes, miércoles, jueves y viernes. Conduje en tus calles, admire las fachadas de tus edificios, conocí algunos personajes, me diste alegría, nostalgia y melancolía, lágrimas, fuerza, encuentros, conversaciones, discusiones, estrellas, una luna increíble, roja y alta que vi por el parabrisas mientras recorría el periférico, recogí piedras, me regalaste los colores de tus cerros, morados, amarillos, verdes, rojos, admire nubes que tapaban el sol que se desbordaba por sus fronteras, comí montados, tortas, fume intensamente en la cochera, me traigo un dedo lastimado, una nueva versión de En Remolinos, la historia de Ben, la reconstrucción de Dylan, miradas intercambiadas, desvelo, un proyecto, una amistad solida, dos amigas, un calorcito en el corazón, dudas sobre mis certezas, intentos que no existen. Me diste y ahora te doy: mis palabras para que las guardes y las leas cuando me recuerdes, mientras vuelvo a ti. "Yo solo quiero que sepas que no estuve allí de visita y que ahora no puedo ver anochecer sin recordarte", parafraseando a Drexler, a quien también me traje en la maleta y quien me dio fortaleza mientras caminaba la pista para subirme al avión que me regreso a la convencionalidad de la que intento huir, a veces, no siempre, cuando me ahoga. Me dolió muchisimo el despegue, prueba de que ya seremos parte una de la otra, hoy 2 de junio escribamos pues los puntos suspensivos...

tu regia visitante