jueves, 29 de octubre de 2015

Mila en el festival

Morelia. Seis y cuarenta de la tarde del miércoles 28 de octubre. Estoy sentada en la última fila del cine, en el asiento más a la derecha. A mi lado está Óscar, con su torbellino habitual. Empieza la proyección de los cortometrajes en competencia del Festival Internacional de Cine de Morelia. Mila es el último de la lista y Óscar lo dirigió. Los cinco cortos anteriores me parecen insufribles. Por más que busqué la emoción verdadera, no se asomó. Por fin empieza la proyección. Estoy nerviosa. Hay un momento en que no soporto seguir viendo la pantalla y busco un descanso volteando hacia el techo. Se termina, pantalla negra y un silencio denso se materializa. Después, aplausos conmocionados. 

Escribir una reseña de Mila es una tarea casi imposible para mí. Una de las razones por las que viajé a ver las proyecciones en el festival es empujarme a hacerla. Demasiadas cosas me unen y me separan de esa obra. Poner la cercanía distante es el oxímoron de estrategia.

Acabo de llegar a mi habitación de hotel de cadena gringa con dos cervezas que fui a buscar al Oxxo. Velando el sueño de Óscar y Gabriel releí secciones de la novela Canción de tumba y resonó la emoción en cada página, y de pronto, apareció la urgencia de escribir sobre hoy, empezando por la película Cemetery of Splendor que vi recién llegada a esta ciudad. Quería estar en sintonía con el inicio del módulo de poesía cognitiva en el Seminario Amparán que coordina Julián Herbert y curso cada miércoles en Saltillo. La sesión de hoy se llevó acabo sin mi presencia y me pesó, estoy enganchada e inmersa en su universo. La película va sobre unos soldados que duermen casi todo el tiempo y las mujeres que vigilan su sueño. Hay una atmósfera donde no se separan los estados, es hipnótica: la vida, la muerte, el sueño, la vigilia son omnipresentes. Como en la realidad. El sueño como la preparación para el futuro. La escena que me derrumbó es una conversación entre dos mujeres sentadas en una banca. Una de ellas tiene una pierna más corta que la otra. Se levanta el pantalón para mostrar su deformidad. La mujer que la observa toma una botella de plástico con un brebaje que acaban de preparar para ayudar a mantenerse despierto. Se hinca ante ella y vierte el líquido sobre la pierna, empezando por el pie y subiendo hasta arriba de la rodilla que no tiene forma. También besa con reverencia cada parte que es mojada. Emoción verdadera. Vinieron a mi pensamientos inconscientes sobre este acto durante el resto del día. 

Óscar desde siempre me provoca emociones verdaderas. Amistad. Frustración. Complicidad. Alejamiento. Enojo. Tristeza. Alegría. Felicidad. Envidia. Amor. Decepción. Esperanza. Asombro. Compasión. Desesperación. Me ha llevado y traído. Así es Mila: emoción verdadera. El formato, el encuadre, las actuaciones, la historia, las imágenes, la fotografía, los diálogos, el punto de vista, la trama, el sonido, están hechos con algo más allá de sí mismos. Es cruel. Oscura y lúcida. Tramposa. Hiriente. Valiente. Conmovedora. Vibra en el espectro del dolor. ¿Porqué no abrazarla, si me lanza al abismo? No concede, no es correcta. No ilusiona. Y encima muestra algo de locura. ¿Porqué no lanzarme a la emoción? Cuando el mundo construido no puede habitarse sin desquicia.

Óscar duerme en el hotel de al lado. Voy a buscarlo en mi sueño de esta noche. Cerveza y chocolate de por medio. Quiero contarle que no me alcanza el lenguaje para decirle que me sucede cuando vivo días como hoy. Y que mañana desayunaremos juntos y seguiré escribiendo mi reseña.



miércoles, 21 de octubre de 2015

aquí y ahora

Lo había anunciado Cerati en su canción Aquí Y Ahora (Los Primeros Tres Minutos Y Después): 

Sé pequeño 
sé una gota en el jardín
sigue el curso de agua 
que nos lleve donde nunca fuimos
por senderos que se bifurcan
por mundos paralelos

En los primeros tres minutos
se hizo el universo
precisamente todo está pasando 
aquí y ahora

La mosca no razona bien
yo le zumbo en sus oídos
albinos parpadean bajo el sol, temido

Un ave rayó el cielo
en trémolo trueno

En los primeros tres minutos
se escribió la historia
precisamente todo está pasando
aquí y ahora

Aquí y ahora

Por calles con luz de patio
colmaré tus anhelos

Todo está pasando aquí y ahora
aquí y ahora

Título puesto a la correspondencia entre J. M. Coetzee y Paul Auster entre el 2008 y el 2011. Las cartas están escritas a máquina y enviadas por fax, por eso la cercanía de las respuestas. 


'...un comentario que hace Christopher Tietjens en El final del desfile de Ford Madox Ford: uno se acuesta con una mujer para estar en condiciones de hablar con ella. En otras palabras, hacer de una mujer tu amante no es más que un primer paso; el segundo, hacer de ella tu amiga, es el que importa.'
J. M. Coetzee en una carta a Paul Auster.
14-15 de julio de 2008


'Lo que pretendo decir es que en el mundo real nos ocurren cosas que se parecen a la ficción. Y si la ficción resulta real, entonces quizá debamos reconsiderar nuestra definición de realidad...'
Paul Auster en una carta a J. M. Coetzee
Hôtel d'Aubusson, París, 10 de enero de 2009

Me entrometo en la conversación: ahí estoy.








martes, 20 de octubre de 2015

poison (birthday) season

Hoy fui a MusicLab a comprar el álbum Poison Season de Destroyer. Es mi autoregalo retrasado de cumpleaños. La historia con este disco es muy linda: Leo me lo envió un día hace muchos días, el 8 de julio, después de que publiqué en mi biografía de Facebook el video de Girl in a Sling. Es algo triste, aparece Dan Bejar, bueno, su rostro oscurecido-iluminado, un fotógrafo, casas abandonadas o destruidas, fotografiadas desde el exterior, hay cercas y pinos. También un cuarto oscuro donde son revelados los negativos e impresas las imágenes de las fachadas. He escuchado bastante el disco, por lo menos una vez al día, cada día, hasta hoy, sin exagerar. Aparece en mi iTunes en 'añadidos recientemente' junto con Currents de Tame Impala, Wilder Mind de Mumford & Sons, Brill Bruisers de The New Pornographers, Schubert Solo Piano y desde ayer Keep On Your Mean Side de The Kills. Hoy lo he puesto 4 veces. La portada me fascina, aunque también hay una foto que le hizo Leo que me hechiza. Ahora va a ser mucha más ceremonia escucharlo en vinilo con la aguja arrastrándose sobre él. Es un gran disco, pero mientras suena, en algún momento me acuerdo de Leonardo, de sus fotos, de nuestra conversación y por eso me gusta más. Ahí afuera existe. Y todo mi amor absoluto y desprotegido se lo lleva cada vez que viene hasta donde estoy. Es que me alegra de formas que desconocía. Es que le late fuerte el corazón en este mundo de concreto. Es que toca mi guitarra. Es que me regaló Artaud. Es que si.




"...So, Bring out your dead. 
Bring out the light. 
Bring out your dark birds in flight. 
Bring out your red roses, too... 

Hey, what's got into Sunny?"

Girl in a Sling

lunes, 19 de octubre de 2015

escritorios

La siesta fue prolongada. Empezar a dormir de día y despertar anochecido. A veces sucede. Los días son intensos, largos, intempestivos. La vida se prende de la intimidad. Escuchar Keep On Your Mean Side. Fumar seis cigarros mientras chateo. Una linda más. De que hablamos cuando hablamos de amor:“Y me decía una y otra vez: «Te quiero, te quiero, zorra». Y mi cabeza no paraba de golpear contra las cosas.” Fragmento de: Raymond Carver. “De qué hablamos cuando hablamos de amor”. iBooks. Arándanos naturales. Starphone con llamada perdida. Vaso con agua casi tomada. Grapadora roja. Dos lentes para ver mejor. Enciendo otro cigarro. Humo. Guitarra. Tarjetas de presentación. Rebanada de pastel, la última. Vuelos a Morelia. Grabadora Sony cargándose. Orlando de Virginia Woolf, página 24. Papeles guardados en plástico. Tostadas. Atril rojo con libro. Billetes de cincuenta sobre billetes de veinte. Encendedor Bic azul. Teléfono inalámbrico. Vale de la Universidad Autónoma de Nuevo León 17000203, únicamente para compra de libros, caducidad 29 de diciembre de 2015. Marlboro ruby fusión blast 01 crush the rubyball 02 crush the freshball, 20 cigarros. Notas autoadheribles sobre iMac. Vasijita de peltre azul con imán de tres coca-colas. Cinta masking tape azul. Farabeuf de Salvador Elizondo. Magistral color verde. Portavasos de cerámica con letra M. Era Sprite lo que contiene el vaso. Control remoto Samsung. Tapa de lente Canon. La montaña mágica de Thomas Mann. La muerte en Venecia de Thomas Mann. París 1900, Rubén Darío. Cenicero. Meridiano de sangre, Cormac McCarthy. ¡Oh!, Wait de The Kills suena. Blogger: en diálogo - crear entrada. Guardar. Vista Previa. Publicar.

sábado, 17 de octubre de 2015

Cuarenta: euforia y desasosiego, las embestidas del shandysmo

Veinticuatro horas son suficientes para repletar el corazón. Tengo una tripulación experta en moverme la vida, personas que provocan la emociones más imprevistas. La euforia y el desasosiego. Abrirles la puerta. Limpiar sus rastros. Tomarme una foto. Darme una mirada. Comprarme un cabrito. Descorcharme una botella. Echarme unos hielos al vaso. Cantarme las mañanitas por teléfono. Brindar por mi. Servirme mezcal. Prenderme un cigarro. Hacerme una nota. Olvidar su celular en mi casa. Llamarme por teléfono. Escucharme. Escucharme. Ignorarme. Leerme un poema en la carretera. Regalarme una gran libreta con hojas blancas. Dejar en mi librero un libro de Murakami. Hacerme un pastel. Skypearme. Felicitarme en el salón de clases. Conocer mi casa. Ponerme un inbox. Llenar mis bolsas de basura. Viajar a Monterrey. Venir e irse. Alegrar. Hacerme dudar. Posar para mi. Todas estas acciones del proceso de estar, ser presente. Escribir, para devolver el equilibrio al pasado. Y abrasar el futuro con llamas de amor. Conste, que así se ve el panorama de la bienvenida cuarentena, el conjunto de cuarenta unidades. Más la que me quieras dejar aquí.