jueves, 27 de agosto de 2009

UN SIGLO DE PEREZA Y COMUNISMO: EN DEFENSA DE CUBA Y EN MEMORIA DE PAUL LAFARGUE









Ahora que anduve por La Habana visité, junto con Perla, Casa de las Américas. De ahí traje la revista conmemorativa del Aniversario 50 de la Revolución Cubana y les quiero compartir un ensayo que escribe Carlos Fernández Liria (España, 1959) filósofo y profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Pienso que los arquitectos inscritos en la cruzada de la sustentabilidad deberían tener ésta información. Los demás podemos reflexionar sobre el derecho a la pereza y el freno del consumismo que tanto urge.

Saludos,

domingo, 23 de agosto de 2009

89

Mientras almorzaba con mi hermana y Alfredo les dije que cada juego aumenta mi gusto por ir a la cancha. Ayer sucedió todo lo que hace que que un sábado se vivía como se debe vivir. Nada mas falto la cereza del pastel: la victoria en la batalla. En fin, como hincha tengo que empezar a seguir a mi equipo con algo de distancia, por simple supervivencia emocional y no ilusionarme demasiado. Hace quince días declare que es muy difícil ser aficionada Tigre y hoy lo sostengo. Pero la fiesta fue en grande: cohetes, paracaidistas, cervezas, Sol, la narración de Don Rober, las ingenieritas CEMEX, el Tigre de Peluche, el festejo con Moi del gol de Gastón, el penal que fallo Suazo, las atajadas de Cirilo, el conato de bronca, la porra felina, los aplaudidores, el dominio rayado, la suerte de que no nos golearon gracias a los palos de la portería, las mentadas al arbitro, mi desesperación por la falta de ambición de la Bestia (en quien no confió nada), hasta el análisis del juego que oímos mientras estuvimos en el micra congestionados a la salida. Es perfecto, no necesito psicólogo, soy una fanática del fútbol. En la cancha dejo todo. Y ayer terminé desecha.

domingo, 16 de agosto de 2009

TRAVESIAS Y VIAJERAS


Anoche cerré los ojos. Los abrí y Perla tenia en las manos el regalo. El Viaje del Elefante. Fue una sorpresa enorme. Lo guardo celosamente 8 meses, lo trajo de Madrid. Si oyó el mensaje que le deje en enero en su celular pidiéndole que me lo trajera. Estas cosas me hacen inmensamente feliz. Que no espero algo y que suceda. Quería leerlo otra vez en un instante, quería que el momento no fuera corto y sentir como me inundaba lentamente con las palabras que escogió para la dedicatoria. Yo soy simple aunque no lo parezco. Hoy quiero decirles a todos los que me importan que me importan mucho, que no puedo vivir sin que me importen. No asiento todavía lo que me paso en el viaje, solo quiero empezar diciendo que mi travesía fue para no seguir a la deriva flotando en el mar, sino acercarme a la orilla, a sus orillas y traspasarlas, esencialmente para ser ustedes y no yo. Lo primero que quiero compartir es que la frase que mas me llego es La Revolución Soy Yo, pero que afortunadamente alguien la leyó conmigo: Perla. Y entonces se volvió nuestra Revolución. Hay alguien que entiende mas que nadie lo que me paso y lo que quiero contarles, ya no puedo pensar Cuba sin ti compañera.

martes, 4 de agosto de 2009

TENEMOS SED


Pasa una tarde de miércoles en La Habana. Estoy recostada, muy tranquila, recuperando fuerzas. He tenido días bien movidos que me están cobrando la factura. Siento que ha pasado muchísimo tiempo desde que estoy acá. El tiempo para mí ahora ha perdido su lógica. Ya me dejé de preguntar qué hora es. Rompí la burbuja. Aquí no soy lo que hago, simplemente soy. Parece un juego de mesa, con un tablero muy distinto al que domino. Quisiera que la intensidad de los sucesos que me han pasado desde el sábado que llegué formara parte de mi vida diaria, pero allá no vivo la ciudad, ni el Sol, ni el calor, aquí me hicieron pedazos, no puedo quitarme la sed con nada. Intento primero con un litro y medio de agua Ciego Montero, después con una cerveza Bucanero, con mojitos, con una cuba libre, hasta con refresco Tukola y nada. Estoy entonces alerta a cada momento, buscando la sombra, esquivando peatones, saludando al Sol, caminando hacia el mar. Siento que a los habaneros también los acosa la sed, no es como la mía, pero se parece. Me observan en la calle como preguntándome cosas, me catalogan como turista y yo les digo con miradas silenciosas y monologas que soy viajera, que somos iguales, que tenemos sed, que la vine a compartir.