lunes, 16 de febrero de 2009

EL VIAJE DEL ELEFANTE



El 20 de enero acompañé a Oscar a la librería. Mientras él la recorría encontré El Viaje del Elefante, la ultima novela publicada de José Saramago y la primera que leo en el 2009. Ya habia conocido un fragmento de ella y me intrigo desde entonces el tema de la historia: el viaje de Salomón hacia Viena, un elefante propiedad del Rey de Portugal Juan III que obsequia al Archiduque Maximiliano de Austria como compensación al regalo de bodas que le habían hecho cuatro años antes.
Desde la primera pagina el libro nos presenta la interesante idea que tuvo la Reina Doña Catalina de Austria, en respuesta a la inquietud de su esposo: había que obsequiarle al primo el animal que tenia dos años de haber desembarcado en Lisboa procedente de la India.
Con frases como hay quien dice que el hombre fue hecho con las sobras del elefante, la narrativa se presenta estimulante. La materia prima que utiliza Saramago son palabras y alusiones en desuso, que se leen frescas en el siglo XXI. La lista de definiciones que tuve que buscar es amplia y para mi uno de los aciertos de autor es que sin pretender ser histórico nos habla con la usanza del siglo XVI, con modismos que no estorban al lector.
Los capítulos durante mi lectura transcurrían fluidos, registrando las aventuras de los viajeros, con detalles sorprendentes como la formación de la caravana, los hábitos del elefante y sobre todo la delineación del personaje principal de la novela, el cornaca o cuidador de Salomón, Subhro a quien afectan mas que a otro las decisiones que se toman en la travesía.
Pilar del Río se nos descubre como la impedidora de la inminente muerte de José Saramago (quien estuvo meses en el hospital) en la dedicatoria que se le extiende a la traductora y compañera de vida. Esta emoción que se revela desde la primera frase se mantiene hasta el final, en lo que en mi opinión se distingue como el texto mas complejo y generoso que ha creado y según las intenciones que anuncia en sus ultimas entrevistas, el ultimo que nos entregue, aunque diariamente publica entradas en su cuaderno (http://cuaderno.josesaramago.org/).
Ateo, comunista y conmovido, un hombre indispensable para el mundo en que vivimos, un pesimista que al menos en mi provoca una esperanza reconfortante.

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