Silvana y Andrés son dos amigos que desde Mendoza ingenian y crean. A través de ellos conocí esta ciudad en mayo del 2007, les comparto una nota donde hablan de su trabajo. Un abrazo fuerte y que todo sea intenso hoy en la noche!!!
El extraño mundo de dos
En un rincón de la ciudad, dos artistas instalaron una casa-taller donde funciona un proyecto multicultural: Autopoiesis. Esta noche, se inaugura allí la muestra del cineasta Aldo Yebra.
Cruzás la puerta y ya estás en otro plano. Es que no es cualquier umbral, es el domicilio del Proyecto Autopoiesis: un espacio alternativo de arte, una casa-taller donde sus propios habitantes te dejan entrar a su linterna mágica. Porque es allí mismo donde viven y piensan Silvana Valdivia y Andrés Fontana: entre los bocetos y los grabados de ella -que es arquitecta y plástica-, entre las cámaras y las imágenes de él -que es cineasta y fotógrafo-.
“A veces hemos tenido el cuarto oscuro en la cocina” cuentan, mientras ríen imaginando que pronto van a encontrarle un uso mejor al lavadero. Es algo natural para esas dos usinas creativas que creen en el arte como un día a día, y en la creación como una escena lúdica donde coinciden el azar, las señales de la infancia y los sueños.
La casa está dispuesta así: una sala de exposiciones (donde hoy se inaugurará la muestra de Aldo Yebra), un laboratorio de ideas, un comedor de usos múltiples y un patio que será, en poco tiempo, sala abierta de cine arte. Con el concepto del “hacelo vos mismo”, suelen invitar a los demás. Pasen y vean.
Entre muñecos, sueños y fotos
Hay, aquí y allá, objetos curiosos. Así que empezamos hablando de esa serie de cámaras sin lente, transformadas a base de cartón y madera. “Con ellas hago fotografía estenopeica”, precisa Andrés. Y en seguida explica su efecto: “podés obtener imágenes con una deformidad extraña, con alteraciones que le dan un fuerte impacto estético”. El resultado es inquietante, algo semejante a las películas antiguas. “Imaginate una habitación completamente oscura en la que entra un delgado rayo de luz que proyecta, sobre una de las paredes, imágenes de la sala contigua... así funciona la estenopeica”. El procedimiento está bueno porque tiene, además, algo de ojo ciego: “no sabés con precisión cómo va a salir, juega un poco el azar”. Claro, entre múltiples cosas, Andrés es docente de la Escuela de Cine. Por eso entiende: no vemos las mejores imágenes; son ellas las que nos ven, pensadas por alguien. Toda la casa, de hecho, funciona como un organismo didáctico (sin caer en la manía).
Entramos al laboratorio y Silvana pasa a mostrarnos su serie de Art Toys. “Son muñecos de colección, realizados por diseñadores o artistas, un detalle que nació en Japón”. Ella ha creado dos especies en tela: ‘educhas encantadas’ y ‘fractalín’. “El diseño de las educhas viene de un sueño, en cambio el fractalín es más conceptual”. Lo fractal, explica la artista, es la posibilidad de repetir una parte en distintas escalas, hasta el infinito. Así, un fractalín es una criatura cuyo cuerpo son cuadrados superpuestos que “¿ves?, se pueden continuar”. La idea, en sí, es hipnótica: un muñeco geométrico sin límites.
Pero el laboratorio guarda otro tesoro: libros que parecen contener trucos de magia óptica. Libros de artista. Los hay con películas intervenidas en el corazón de las tapas (“Mundos azules”), con grabados (“Paisajes salvajes”), con fotografías. El centro de esa rara biblioteca es, sin embargo, el story-board de una animación que está preparando Silvana. “Se llama ‘La grieta’ y está compuesta por tres pequeñas historias que hablan de desaparecidos”. Tuvo la visión en México cuando, a miles de kilómetros, sintió la necesidad de aportar algo a la memoria de los 30 años del Golpe.
Entró a la página de las madres de plaza de mayo y conoció el caso de un desaparecido que trabajaba en una juguetería. Eso, mezclado con altas dosis de fantasía (una niña que busca a su madre en un ciruelo y estatuas parlantes que guardan libros prohibidos), le dio cuerpo a la animación. Estéticamente será un experimento: “por un lado lo tradicional, el cuadro por cuadro; por otro lo digital, píxeles”. De modo que con una estética bastante dark (expresionismo y trazo fuerte más toques etéreos) el formato trilogía de “La grieta” estará estrenándose el año que viene.
Tanta inspiración tiene su ambiente. “En México -recuerdan- alquilábamos un local muy loco, que antes había sido librería”.
Ahora el comedor (que es también un mini-museo) nos lleva a hablar de cine. “Creo que aquí se necesita un clic”, opina el ojo que lleva filmados 7 largos y más de 300 cortos. “Un clic para entender que un buen guión -y subraya buen guión- se puede hacer con muy poco”. Claro, como director de fotografía sabe que, teniendo una buena historia, el bajo presupuesto se potencia. Es más: ambos aseguran que la pantalla de sus ciclos de cine será una ingeniería del rebusque.
¿Qué ha ideado la casa-taller para esta noche? “Es la tercera muestra que hacemos, con la intención de abrir el espacio a otros artistas, en su mayoría jóvenes”. La ocasión será para el fotógrafo y cineasta Aldo Yebra, quien traerá una serie de objetos fotográficos, fotografías en cajas luminosas e imaginarios paisajes de juegos y ficción.
http://www.proyectoautopoiesis.blogspot.com/
http://www.losandes.com.ar/notas/2008/5/16/estilo-358910.asp
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