Actualmente el dominio del conocimiento es un símbolo de poder. El que sabe, controla. La educación es el medio para obtener conocimiento y poder, en ese orden. Aunque hoy todavía no nos ha ganado la racionalidad.
Si sabemos que se pierden intereses comunitarios cuando se abandona la insistencia en el proceso formativo, deberíamos al menos preguntarnos: ¿donde están los proyectos educativos?
Durante muchísimo tiempo la pedagogía ha sido memorizada y se ha movido en el mundo de la secularización, del demonio y de la carne. Almodóvar evidencia en La mala educación los riesgos y las deficiencias de la formación religiosa, que en México se desplazó por el positivismo que implantó un enfoque laico al proceso educativo que abre la constitución de 1917, donde se insiste en la ciencia para construir otra mentalidad… aunque en 1925 la novedad en la educación fue la introducción en el programa de cursos de higiene.
En México solo 225 de cada 10000 habitantes llegan a la universidad, no hemos salvado el abismo del conocimiento. Se continúa un proceso de deformación, más que de formación, que se caracteriza por ser paradigmático, ortodoxo, ineficiente y retrograda apoyado por el magisterio, que se ha convertido en el oficio del que no puede ir más allá.
Al encargársele al imperio de las imágenes la formación de las nuevas generaciones desde los setentas, se pierde en definitiva la causa de las humanidades como eje central. Como consecuencia tenemos que la literatura ya no es el punto de partida de la estructura del conocimiento sino un simple entretenimiento, por muchas razones, entre las que podría mencionar la gran importancia formativa del cine o el abandono creciente del ejercicio de la imaginación individual hecha a un lado por la manipulación tecnológica.
En Latinoamérica siempre se ha leído poco, tenemos acceso restringido a los libros. El país más cercano a Europa es Argentina. Octavio Paz dice que México perdió el siglo XVIII, pues no se leyó a los enciclopedistas como Jean-Jacques Rousseau al no tener traducciones de los textos, y las mujeres hasta el siglo XIX pueden leer sólo con autorización de su confesor y materiales como novelas inspiracionales que reafirmen su feminidad.
La educación es un derecho humano básico y por lo tanto gratuito, pero ante la falta de escuelas públicas aparecen en escena las escuelas privadas. Aún en esta situación no debemos perder de vista que al país le son indispensables instituciones públicas como la UNAM que garanticen el equilibrio cultural y social, aunque sean insuficientes y con prácticas ineficientes.
En la era de YouTube y Google, los iPod, el Blackberry y el wii, lo que produce la academia nace muerto, y la educación nace y muere con un click, con un on, sin complejos ni autoritarismos. Ya tenemos un nuevo escenario de la enseñanza, la autoeducación, que agregamos a los cuatro casos que señala George Steiner: el del maestro que destruye al discípulo, el del discípulo que destruye al maestro, el de la armonía amorosa de la enseñanza y la recepción y el de la negativa del maestro a transmitir o la imposibilidad de encontrar discípulos.
La lectura en Internet es la única que ha crecido en los últimos años, y por primera vez las horas de consumo de medios digitales es mayor que las de televisión. Así que al parecer la pantalla que me educaba, frente a la que me sentaba y me exponía al monologo, se ha vuelto interactiva en la era virtual.
Entonces, el poderío de los educados se llevará acabo?
ESCUELA NORTEÑA LIBRE DE ARQUITECTURA
Hace 10 años.
Qué esperanza nos queda a los mexicanos si la educación pública está en manos de una señora emperatriz del sindicato de maestros y otra que es autora de un libro titulado "dios mio por favor hazme viuda".
ResponderBorrar