miércoles, 28 de octubre de 2009

34


Cada año que pasa me siento mas acomodada en cuerpo y alma. Hoy voy a anunciar por aquí que justo después de cumplir mi año 33 comencé a idear una novela. Esta intitulada, con una estructura muy abierta y ambigua, que estoy redondeando y puliendo a ratos, en los pocos ratos que me quedan entre lineas de edificios en pantalla, entre canciones oídas, entre amigos, entre experiencias dulces y saladas, entre conversaciones con otros inventores de realidades, entre sueños, entre toda la poesía que se levanta en noches como esta, en las que estoy sentada frente a mi mesa escribiendo palabras que pienso en el teclado. Comence el archivo con la confesion que dice: '33 es mi edad. La literatura hoy se me presenta como la posibilidad de un mundo alterno que me hace tanta falta. El sonido del aire acondicionado envuelve mi habitación. Escribo en una Toshiba que hace años compre en San Antonio, Texas. Soy una escritora amateur que bosqueja un primer acercamiento a un oficio que respeto y del que voy a ser parte. La canción Príncipe Azul de León Gieco suena en iTunes, es la cuarta del álbum De Ushuaia a La Quiaca, dura cuatro minutos con doce segundos. Mientras escribo algunas veces escucho música que me provoca un estado de ánimo y de escritura. Este viaje musical de Sur a Norte por la República de la Argentina retrató una visión de mundo. Mi viaje en la literatura es interno, introvertido y anhelo hacerlo conmovedor, son las pregunta de mi existencia, las interminables cuestiones que acechan a todos los que vivimos. Hoy la luz del Sol me despertó al mediodía y mi primer pensamiento fue escribir, decidi con el compromiso de quien se apasiona por su ser y su alma, conocerme con palabras, con lluvias de palabras, con tormentas, con chubascos y lluvias aisladas, con trombas y con lloviznas literarias, casi de manera pornográfica, explícita y perturbadora a ratos. Y como se comienza con el inicio, si es que hay una manera de empezar, les digo mi nombre: Penélope, al que lo antecede otro primero que no utilizo, Martha, que es también uno de los tres nombres de mi madre, mi primera referencia, mi primera frontera. Martha es una mujer a la que amo inmensamente, quien me ha ensenado a ser resistente, generosa y compasiva, pero también rencorosa y desconfiada. Nació un 10 de octubre de 1951 en la ciudad de Torreón, Coahuila.'

Pues que fluya la aventura, hoy, ya con 34, le festejo un año de gestación intermitente con la divulgación de su existencia inacabada y sutil. En algún momento, si tengo la paciencia suficiente se las ofreceré.

2 comentarios:

  1. Ay Pope, Me encantò tu post, andaba mirujeando en tu FB y vi la direccion de tu blog.
    y dije: veamos.... y pues de nuevo te digo me encantò el post. jejejeje
    tratare de seguirte la pista.
    Saludos
    Dulce

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  2. Dulce, gracias por leerme. Se trata de compartir.

    Saludos!

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