miércoles, 4 de agosto de 2010

ORHAN PAMUK


Hay días como hoy. Que se cae mi celular a un vaso con agua. Que me despiertan. Que discuto con mi mejor amigo. Que no puedo con los demás. Entonces me voy a buscar a Orhan. Siempre esta ahí, incondicionalmente. No me conoce el cuerpo, ni yo el suyo, pero nos conocemos el alma, hemos estado en un lugar que no tiene materia. Siempre bien acomodados, con la vista hacia el mismo lado. El también es un revolucionario, se siente solo, vive en penurias y descubre pacientemente a la segunda persona que se esconde en el interior de uno. Y también se siente incapaz de soportar la realidad. Ahora vivo sola y eso despejo mucho mi camino. Y sé que también como yo, escribir le ayuda a superar el día difícil que esta viviendo, -y la cámara digital se volvió a estropear-.

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