"Todo aquel cuerpo que empezaba a estar en mis manos, las manos que van a todas partes, las manos que aprietan o acarician o indagan y también golpean, gestos maquinales a veces de las manos que van tanteando todo un cuerpo que aún no saben si les complace..."
(tocar consuela)
...y todo era premeditado en contra de las apariencias y las casualidades trabajosamente forjadas que nos habían llevado hasta aquella cama de su matrimonio."
Por Javier Marías
p.d. un libro más que comienzo a construir con mi lectura, un regalo antiguo de la exploradora chichimeca a la pampa argentina, dado en algun acontecimiento adecuado, cae como anillo al dedo ahora que, como se titula el epílogo de la novela ando en Lo que no sucede y sucede.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario