Nos mirábamos sostenidamente,
transparencias del mito de Tristán e Isolda
sin el elixir del amor, sin pócima
no conozco la calma
vivo abrasada y abrazada,
ya no tengo mundo exterior
está mi oído para tus manos improvisadoras y tu voz cantada
enigmas incendiarios inexplicables
primera noche de sueño, eterna:
tu existiendo
te hable en susurros,
nevaste mi territorio.
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