Lo aspiraré hasta que no me disguste su olor.
En una de esas visitas incompletas a tí,
en las tardes libres.
Lo aspiraré hasta que no me disguste su olor.
En una de esas visitas incompletas a tí,
en las tardes libres.
la piel que tocas es la mía sin serlo
soy la que te pone incómodo
la que soporta tus conversaciones triviales
la que ignoraste -y te ignora-
la ficcionaria de escritorio que acompañas en este lugar que nos inventé
quien te duda y te sujeta
soy la vacía
la insignificante
la que te refleja
la que te acompleja
la sutil ficcionaria
la agitada alacranada
la contadora de mentiras
que se cae cuando te ocultas
vuelta, envuelta,
caída
nauseabunda
sin fuerza
sometida por tu destino distraído
sin adjetivos
muerta.