martes, 23 de marzo de 2010
lunes, 22 de marzo de 2010
ZONA DE GOL NORTE
domingo, 14 de marzo de 2010
LOS COMPATRIOTAS ULTRAJADOS
Después de dos horas y media de regreso hasta mi casa, encontré un artículo de Juan Villoro que tituló Penca y pastelazo. Acaba de ganar un premio prestigioso este señor mexicano, compatriota.
Sabemos que el premio importa poco, lo que personalmente me reconforta es que escriba tan bien y haberlo conocido una noche en que me impresionó el discurso que dio en la charla, cuando con mucha claridad habló de él, de cómo aborda su oficio de escritor-narrador-padre.
Después de escucharlo lo que más me intrigó es que tengamos un personaje así en el país, donde el caos que improvisamos es la característica más surrealista.
En su reflexión semanal delineó la idea de que vivimos entre mexicanos inauditos, con quienes compartimos suelo, penas y proyectos de nación. Así que vivimos entre conductores homofóbicos, choferes borrachos, cantantes misóginos, cardenales elitistas, narcotraficantes violentos y un presidente desdibujado. Y yo agregaría que también entre escritores lúcidos y críticos. Que contrastes.
Me pregunto, ¿qué es lo que nos hace más daño? O dicho de otra manera, ¿Cuál es el mal más malo del país? ¿Qué milagro tenemos que pedirle a la Virgen? ¿Qué nos lleva por esta sordidez que estamos recorriendo? Porque si bien tenemos hambre y malos sueldos, también por tradición y costumbre tenemos sueños y fe.
¿Qué hace que los mexicanos apoyen o haya apoyado a Felipe Calderón? Creo que este proyecto puesto en práctica es un mal malo, uno de los más, sólo que como Salvador Cabañas en su cama de hospital no sabemos lo que está pasando aunque lo estamos pasando.
En ocasiones observo en la tele la expresión de Margarita Zavala de Calderón y siempre la encuentro de una tristeza insoportable. Como mexicana a veces me siento así: como si estuviera casada con Calderón, entristecida como Margarita cuando sale en las noticias. Me imagino que ella más que nadie, necesita apoyar todo esto que su marido construye (¿o destruye?) para nuestro país.
Yo no tengo hijos, ni paso hambre, ni frio y aunque me llevé hacia el desempleo por convicción hace unos meses, he podido salir adelante con mis ahorros. Aún así, sin formar parte de la población determinada por su condición social y económica no logro empatarme con el Gobierno que no eligió la mayoría de mis compatriotas.
No me siento tan ultrajada como ellos porque no apoye a Felipe Calderón en las urnas, pero los entiendo como a Margarita viendo a su esposo hundir la cabeza de Miguel Ángel Yunes en el pastel de festejo del aniversario 50 del ISSSTE, acto que se ha visto en YouTube más de seis mil veces.
Sí, siempre he pensado que Felipe es de los que agarra fuerza de los demás y que actúa animado por las porras, aunque después esconda la mano intencionada que Margarita intento parar rumbo a su objetivo. Y eso lo debió de aprender hace bastante, no creo que sea su primer pastelazo, sino el primer pastelazo mediatizado.
Oskar, el niño de trece años protagonista de la novela de Lindqvist, está acumulando rencores contra las injusticias que le suceden como las golpizas que le dan sus compañeros de salón, las burlas de sus vecinos, las traiciones de sus amigos, el alcoholismo de su padre, pero empieza a levantar la cabeza por amor, cuando conoce a Eli.
Hay compatriotas que después del ultraje empezaron a dejar los costales de penas en el suelo y no siguen los proyectos de nación del Gobierno desde hace tiempo, tal vez desde que Calderón hacia pastelazos en las fiestas de cumpleaños de su infancia.
Yo como ellos, quiero que en este próximo festejo bicentenario de Independencia no esté invitado Felipe, porque no va a haber pastel con el que nos pueda embarrar. Y que tampoco vengan Alejandro, ni Esteban, ni Norberto, ni Margarita, ni Miguel Ángel.
Juan sí, con él si tenemos que festejar el que México pueda convertirse en otro país.
OTRO POEMA
PUTREFACCIÓN
Últimamente
Me ronda este pensamiento
Que este país
Ha retrocedido
4 ó 5 décadas
y que todo el avance social
los buenos sentimientos de
una persona hacia otra
se han borrado
y se han reemplazado por la
vieja intolerancia de siempre.
Más que nunca
Tenemos
Egoístas ansias de poder
Desprecio por el
Débil
El viejo
El pobre
El desvalido.
Estamos reemplazando necesidad con
Guerra
Salvación con
Esclavitud.
Hemos desperdiciado
Los logros
Nos hemos deteriorado
Deprisa.
Tenemos nuestra
Bomba
Es nuestro miedo
Nuestra vergüenza
Y nuestra condena
Ahora
Se ha apoderado de nosotros
Algo tan triste
Que nos deja
Sin aliento
Y ni siquiera podemos
Llorar.
Charles Bukowski
domingo, 7 de marzo de 2010
EL AMOR DONDE NO OCURRE NADA
Amor es conocer a alguien en mayo y tener historias con esa persona nueva que no suceden. Inventar un país para vivirlo donde su presencia silencie el mundo real. Uno nunca sabe que lo que le está sucediendo es un hecho importante, como cuando sobre nosotros se desplomó un océano de silencios que convertí en una relación secreta para ti.
Descubrí que me hacía feliz verte, aunque yo no formara parte de esa vida que transcurría y que me fue llenando de desdicha oscura, de entretiempos donde entendí que eras incapaz de perderte en el juego y confesarte que te enamoraste.
Frené por que no le das importancia a lo que sientes en un alba que parecía perfecta. Después de eso temí, me hiciste sufrir al mirarte, doler de tenerte cerca, de sólo querer estar contigo. Entonces te busque en mí con violencia y paciencia, intenté horas donde estuviera emocionada por qué me abrazabas con fuerza de solitario irremediable. Tenías el encanto del mundo en los ojos con los que me provocaste tristeza en el corazón.
A veces fui feliz cuando hablabas acostado en el piso y querías que te entendiera, o cuando camine en medio del frio en la acera de calles solitarias mientras intentaba construir un por qué a las circunstancias. Quería que tú fueras yo o que sintieras que lo podías ser.
Como ese océano que nos inundó y devastó dejándome náufraga, ¿cuántas veces nos suceden cosas que no hemos planeado? He pasado por muchas luchas, te habrás dado cuenta que veo lo que tal vez no seas y pienso en la relación que nos has construido y de la que no hablaremos libremente nunca.
Sigo en la espera, siempre escuchándome. Sin tu tacto, sin tu cuerpo, sin tu olor, sin veneno, sin objetos, sin belleza, sin fruta, sin ruido, sin sabor, con miedo, con infelicidad, con melancolía, con vida, con sangre fría y pequeñas diferencias que me fortalecen cuando me siento desolada mientras manejo mi auto en el trayecto de tu casa a la mía.
Las personas que somos capaces de estar solas, más que cualquiera, le tenemos miedo a la soledad, pero la celebramos siendo arriesgados, quedándonos vulnerables ante lo que amamos, avanzando lo que sentimos por alguien hacia todo lo que lo rodea.
Mientras escribo, Jorge Drexler canta: ‘…y hoy solo fumo callado, cuando escucho hablar de amor, de ese fruto codiciado yo ya conozco el sabor, no vi la red escondida, la trampa esperándome’.
Aunque soy feliz a ratos, cuando consigues estar a solas conmigo y ser algo tan distinto a lo que pareces, actuando como si no ocurriera nada.